COLABORADORES

Scott Glasser
Managing Director, Chief Investment Officer, Portfolio Manager
Principales aportes
- Esperamos que 2025 sea un año más modesto pero positivo para las acciones (en comparación con el actual) dada la amplia liquidez, los saludables beneficios empresariales y los animal spirits que se han visto impulsados por las expectativas de una agenda desreguladora y favorable al crecimiento.
- Nuestra atención se centra en evaluar la sostenibilidad de los fundamentos actuales y vigilar los riesgos que podrían afectar a este contexto favorable. Los mayores riesgos que observamos son los elevados niveles de optimismo a corto plazo y las expectativas excesivamente agresivas de reducción de las tasas de interés a largo plazo.
- Aunque los valores de gran capitalización que más se han beneficiado del ciclo generativo de inversión en IA podrían hacer agua a corto plazo, esperamos que los portafolios diversificados que incluyen compañías de pequeña y mediana capitalización, así como compañías más cíclicas, se beneficien del crecimiento continuado en toda la economía.
Las acciones han registrado resultados históricamente buenos.
El avance del 28% del índice S&P 500 en lo que va de año hasta noviembre es el segundo mejor comienzo de un año calendario en 11 meses desde 1997 y uno de los mejores de todos los tiempos. Con una rentabilidad móvil a 12 meses del 34% -el percentil 95 de las rentabilidades móviles a un año desde 1989-, es difícil describir esta racha de otra manera que no sea espectacular.
Con la expectativa de que el presidente electo Donald Trump impulse en su segundo mandato presidencial una baja de impuestos y un toque regulatorio más ligero, el mercado bursátil proyecta un aumento de la productividad y un desencadenamiento de la inversión de capital en los próximos años. En nuestra opinión, es probable que los efectos iniciales de la victoria de Trump sean coherentes con la dirección de 2016, favoreciendo a las acciones de valor, de pequeña capitalización y cíclicas, aunque en menor medida dado un contexto económico más maduro y las elevadas valuaciones actuales. Las variables internas del mercado, es decir, la participación de los distintos sectores, estilos y capitalizaciones bursátiles en la contribución a los rendimientos globales, afirman un mercado bursátil cuyas ganancias tienen una base amplia y son indicativas de un entorno de inversión saludable.
La liquidez, que en nuestra opinión es el principal motor de los mercados alcistas y bajistas, sigue siendo abundante, con diferenciales de crédito cercanos a mínimos históricos (Gráfico 1), la financiación de los mercados de capitales muy abierta (la emisión de bonos corporativos de alto rendimiento aumentó un 44% en lo que va de año hasta octubre) y la curva de rendimientos con pendiente positiva por primera vez en dos años. Por lo tanto, con animal spirits vibrantes y las expectativas elevadas, nuestra atención se centra en examinar la sostenibilidad de los fundamentos actuales y vigilar los riesgos, tanto a largo como a corto plazo, que podrían afectar a este contexto favorable.
Gráfico 1: La liquidez nunca ha sido tan abundante

A septiembre 30, 2024. Fuente: ClearBridge Investments. y Bloomberg Finance. La rentabilidad histórica no es indicativa ni una garantía de los resultados futuros.
Tal vez el principal motor de la rentabilidad de las acciones en los últimos 12 meses haya sido la resiliencia de los beneficios corporativos, que han desafiado casi todas las expectativas, incluidas las nuestras, de un crecimiento más lento. Según las estimaciones, los beneficios crecerán un 14,6% en 2025 y, aunque es típico ver cierta suavización a medida que avanza el año, esperamos un sólido crecimiento económico impulsado por la continuidad del gasto fiscal, el aumento de la productividad, la estabilidad del empleo y las mejoras salariales. Creemos que los posibles cambios de política que está planteando la administración Trump se reflejan, al menos parcialmente, en las valuaciones del mercado y combinan ventajas y desventajas que se comprenderán mejor con el tiempo. Dicho esto, esperamos un régimen normativo reducido que desbloquee las inversiones e impulse un ciclo alcista de fusiones y adquisiciones, lo que sería positivo para los mercados de capitales.
En cuanto a los riesgos a más largo plazo, nuestra principal preocupación es que las expectativas de los inversores sobre las bajas de tasas de interés sean demasiado agresivas y puedan funcionar como un factor de bloqueo de los mayores rendimientos bursátiles. Creemos que es más probable que en el futuro las tasas de interés reales se sitúen en línea con los niveles históricos a más largo plazo, y no con los de la época de la crisis financiera a los que están anclados muchos inversores en acciones, sobre todo teniendo en cuenta la probabilidad de que aumenten el gasto fiscal y los niveles de refinanciación. Aunque hasta la fecha los mercados de acciones han estado dispuestos a absorber tasas de descuento más elevadas, es probable que la aceptación gradual de un régimen de tasas de «volver al futuro», así como la incertidumbre de las futuras medidas de política del gobierno, desempeñen un papel más importante en la determinación de los rendimientos de las acciones en 2025 que en este último año.
A más corto plazo, nos preocupa que las expectativas a corto plazo se hayan vuelto demasiado complacientes, o dicho más llanamente, demasiado optimistas. La mayoría de los sondeos, incluidos el Investors Intelligence Bull/Bear Ratio, el modelo Pánico-Euforia de Citi, así como los actuales ratios put/call, muestran elevados niveles de tendencia alcista; históricamente, estos han sido indicadores contrarios y han precedido a las rentabilidades a corto plazo por debajo de la media. Sin embargo, debe tenerse en cuenta que el elevado sentimiento del mercado, al igual que las elevadas valuaciones del mercado, no garantiza por sí mismo la debilidad del mercado, sino que más bien crea las condiciones previas que hacen que un mercado sea vulnerable a la corrección. Cuestiones geopolíticas, malas decisiones políticas, beneficios inesperados y/o movimientos de las tasas de interés pueden constituir la chispa impredecible.
Gráfico 2: Los ratios Put/Call sugieren una creciente complacencia de los inversores

Nota: La relación para el 10 de enero de 2024 ha sido excluida del gráfico. Información al 6 de diciembre de 2024 Fuentes: Chicago Board Options Exchange (CBOE) y Macrobond. La rentabilidad histórica no es indicador ni garantía de los resultados en el futuro.
Por último, aunque estamos de acuerdo en que el impacto de la IA generativa creará tecnologías que cambiarán el juego y oportunidades para los inversores durante la próxima década, creemos que esta cohorte de compañías, formada por líderes del mercado para los que las expectativas de beneficios están por las nubes, podría enfrentarse a cierta volatilidad. A medida que estas compañías digieren las recientes ganancias, es probable que las elevadas expectativas se topen con la realidad de unos índices de adopción normales y no lineales, modelos de negocio cambiantes, cuellos de botella previstos y retornos de la inversión desconocidos. Afortunadamente, en los últimos tres a seis meses, los inversores han ampliado sus intereses para incluir otros subsectores del S&P 500, lo que ha contribuido a nuevas ganancias.
Nuestra previsión es que 2025 será un año más modesto pero positivo, dada la amplia liquidez, los saludables beneficios corporativos y los animal spirits impulsados por las expectativas de una agenda desreguladora y favorable al crecimiento. Los fundamentos a largo plazo siguen siendo sólidos, y seguimos esperando que los portafolios diversificados, que incluyen compañías de pequeña y mediana capitalización, así como compañías más cíclicas, se beneficien de un mayor crecimiento en toda la economía. Sin embargo, prevemos una mayor volatilidad potencial a lo largo del año, dado el optimismo ya extenuado de los inversores en medio de una serie de riesgos indeterminados, lo que podría resultar una oportunidad de compra para los inversores a largo plazo.
Definiciones
El S&P 500 Index es un índice no gestionado de acciones de 500 compañías que suele ser representativo del desempeño de las compañías más grandes de EE. UU.
El Total Pul/Call ratio del CBOE incluye todas las opciones de índice y de acciones. Es un indicador popular del sentimiento del mercado. Un ratio put/call elevado sugiere que el mercado es excesivamente pesimista y que las acciones podrían repuntar. Un bajo ratio put/call sugiere que la exuberancia del mercado podría resultar en una caída drástica.
¿CUÁLES SON LOS RIESGOS?
Todas las inversiones conllevan riesgos, incluida la posible pérdida de capital. La rentabilidad pasada no es garantía de resultados futuros. Tenga en cuenta que los inversores no pueden invertir directamente en un índice. La rentabilidad de los índices no gestionados no refleja las comisiones, costes ni gastos de suscripción.
Los valores de renta variable están sujetos a variaciones en los precios y a una posible pérdida del capital. Las empresas de gran capitalización podrían perder el favor de los inversores dependiendo de las condiciones económicas y de mercado. La renta variable de pequeña y mediana capitalización implica mayores riesgos y volatilidad que la de gran capitalización.
Las materias primas y las divisas acarrean un mayor riesgo, que abarca las condiciones del mercado, políticas, normativas y naturales, y pueden no ser adecuadas para todos los inversores.
Los valores del Tesoro de EE. UU. son obligaciones de deuda directa emitidos bajo «la fe y el crédito plenos» del gobierno de Estados Unidos. El gobierno de EE. UU. garantiza los pagos de principal e intereses ligados al Tesoro de EE. UU. si se mantienen los valores hasta su vencimiento. A diferencia de los valores del Tesoro de EE. UU., los valores de deuda emitidos por agencias y organismos federales, así como las inversiones relacionadas, pueden estar o no respaldados por la solvencia y el crédito del gobierno estadounidense. Incluso cuando el gobierno de Estados Unidos garantice los pagos del principal e intereses de los valores, esta garantía no se aplica a las pérdidas que resulten por el descenso del valor de mercado de estos valores.
