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Puntos clave: 

  • Estados Unidos se encuentra a las puertas de una expansión económica fomentada por la innovación.
  • El aumento de la productividad gracias a la IA, la política monetaria acomodaticia y la previsión de desregularización preparan el terreno para un importante crecimiento económico en 2025.
  • La postura menos partidaria de la regulación de la Administración Trump debería fomentar un mayor dinamismo del panorama empresarial y potenciar oportunidades dentro de la tecnología, los servicios financieros, la industria y la energía

Resumen

A medida que nos adentremos en 2025, creemos que los mercados estadounidenses de renta variable seguirán creciendo gracias a tres factores:

  1. La economía estadounidense parece adentrarse en un nuevo ciclo económico impulsado por la innovación que se nutre de la rápida implantación de la inteligencia artificial (IA) en diversos sectores, la innovación en atención sanitaria, la inversión en infraestructuras energéticas y la reindustralización mientras los fabricantes relocalizan su producción para evitar los aranceles.
  2. Prevemos que el comportamiento de los tipos de interés será propicio, ya que la Reserva Federal (Fed) mantiene una postura entre neutral y conciliadora, sobre todo si la inflación sigue estando contenida y el crecimiento del producto interior bruto (PIB) real resulta propicio.
  3. Es probable que las medidas de desregularización de la nueva Administración Trump, sumadas al aumento de la influencia política de Silicon Valley, sobre todo en apoyo a las «pequeñas empresas tecnológicas», promuevan un entorno empresarial más dinámico. Creemos que contar con una regulación más laxa ofrece importantes oportunidades a los sectores de servicios financieros, criptomonedas, tecnología, industria y energía.

Pese a que existen riesgos, consideramos que son gestionables. Puede que algunos consideren que las valoraciones parecen elevadas, aunque creemos que es posible que las previsiones de beneficios sean demasiado bajas, dada la potencial aceleración del crecimiento y la innovación en los próximos trimestres. Nuestras perspectivas son en conjunto positivas y animamos a los inversores hagan su asignación con optimismo para 2025.

El inicio de un nuevo ciclo económico

Creemos que Estados Unidos se encuentra en la antesala de un auge de la productividad impulsado por la IA que podría afectar de forma profunda a los sectores de la economía, y que muchos inversores siguen subestimando la magnitud de esta oportunidad. Incluso un aumento moderado de la productividad, repartido entre los miles de millones de trabajadores del conocimiento de todo el mundo, supondría un enorme cambio en la producción económica y la rentabilidad.  Las nuevas oportunidades científicas y de descubrimiento que comiencen a derivarse de los modelos de razonamiento de la IA podrían generar un valor adicional.

Aunque todavía es pronto, sectores clave, como la tecnología, la atención sanitaria, los productos básicos de consumo, los servicios financieros y la energía, ya comienzan a ver beneficios tangibles de la experimentación con la IA y su adopción. Creemos que Estados Unidos se encuentra en una posición única para liderar esta transformación por tres motivos: 

(1) Los principales proveedores mundiales de IA proceden de este país

(2) Su entorno cultural y empresarial fomenta la experimentación tecnológica y su implantación

(3) La Administración Trump debería reducir los obstáculos normativos al desarrollo y el despliegue de la IA, y aumentar nuestra ventaja sobre la competencia a nivel mundial

Impacto potencial de la IA en la economía mundial

Fuente: McKinsey & Company. «The economic potential of generative AI». Junio de 2023.  No existen garantías de que las proyecciones, previsiones o estimaciones vayan a cumplirse.

Además, consideramos prometedor la constante innovación en atención sanitaria, la producción de energía avanzada y la «reindustrialización» de la economía estadounidense. La relajación de las limitaciones normativas, en particular las que afectan a la industria de los servicios financieros, podría estimular un importante crecimiento de las oportunidades en criptomonedas.

La Administración Trump pretende lograr lo que denomina el «dominio energético» a escala mundial. El desarrollo de las infraestructuras energéticas es muy importante desde el punto de vista estratégico y se ajusta en gran medida a los intereses de los partidarios de Trump centrados en el sector tecnológico y la industria. Esperamos que su Administración dé prioridad a ampliar la capacidad eléctrica y energética del petróleo, el carbón, el gas natural y nuclear, así como a la transmisión entre estados, y que actualice y amplíe la capacidad de generación eléctrica, mejore la fiabilidad de la red y promueva las tecnologías de almacenamiento de energía, como las baterías. Esta concentración en las infraestructuras contribuye a las prioridades nacionales, incluido el crecimiento económico y la creación de empleo, la mejora de la seguridad energética y la reducción de la dependencia de la energía extranjera. Podría mejorar la competitividad de Estados Unidos en tecnologías emergentes, sobre todo la IA, al tiempo que aborda el aumento de los costes de la electricidad y los problemas de estabilidad de la red.

Una postura entre neutra y conciliadora de la Fed

Se espera que durante 2025 la Fed mantenga una postura que contribuya al crecimiento. Según las expectativas del mercado los tipos de interés podrían situarse en un rango de entre el 3,75 % y el 4 % para mediados de año, lo que debería contribuir a mantener las valoraciones de la renta variable. El minucioso calibrado de la Fed (que respalda el crecimiento al tiempo que equilibra los riesgos de inflación) debería contribuir a unas condiciones financieras estables en 2025 y a un contexto favorable para la renta variable. Aunque los inversores deben estar atentos, sobre todo dado que cualquier movimiento de la Fed puede influir en los mercados, la actual trayectoria apunta a unos tipos moderados y a un enfoque comedido de los cambios políticos. Este contexto debe ser propicio para el crecimiento impulsado por la innovación y aumentar la confianza de los inversores en todos los sectores.

Desregulación e influencia de los agentes innovadores, disruptores y operadores

Uno de los principales impulsores del crecimiento y el optimismo en 2025 será el impulso el gobierno entrante a la desregulación y la eficiencia del Estado. Inspirada en las medidas adoptadas por Reagan, el actual rumbo político pretende reducir la burocracia, racionalizar el gasto público y mejorar la eficiencia de las agencias federales. Esto tiene por objeto obtener un entorno propicio para las empresas que estimule la competencia, reduzca los costes de cumplimiento de la normativa y fomente la innovación en finanzas, transporte, energía y tecnología.

Este movimiento se ve reforzado por una nueva generación de políticos influyentes: emprendedores de Silicon Valley, agentes disruptores y otros líderes empresariales. Si bien muchos de estos nuevos agentes son neófitos en las políticas públicas, su atención al crecimiento, la agilización de la toma de decisiones y el avance tecnológico se reproduce pasados ciclos de desregulación que dieron lugar a períodos de buenos resultados económicos.

Entre sus principales objetivos se incluyen deshacerse de normativas anticuadas en materia de negociación, acelerar la formación de capital y garantizar que las «pequeñas empresas tecnológicas» puedan prosperar bajo una supervisión reguladora transparente y mínima. La especial atención a la seguridad nacional, la independencia energética y la productividad se alinea con la visión más amplia de mantener el liderazgo mundial de Estados Unidos en materia de innovación. Las inversiones en ámbitos como la exploración espacial, la producción manufacturera basada en la IA, la robótica y la automatización de la logística se verán beneficiadas.

Sin duda, las políticas de Trump partidarias de la innovación conllevan tensiones y contradicciones, y podrían acarrear importantes costes fiscales, que a su vez alentarían la inflación y problemas con los tipos de interés. Asimismo, podrían provocar cambios significativos en las políticas actuales, como la Ley sobre chips y la Ley de reducción de la inflación. Además, innovadores como Elon Musk abogan simultáneamente por un rápido avance tecnológico, al tiempo que expresan su preocupación por los peligros que plantea un desarrollo de IA sin control. Los inversores deben tener en cuenta inherente carácter imprevisible, ya que los cambios en la normativa o en la confianza podrían alterar la dinámica de la inversión.

Principales riesgos

Pese a nuestro optimismo, existen varios riesgos a los que debe prestarse especial atención. 

En lo que a geopolítica se refiere, las políticas arancelarias podrían alterar las cadenas de suministro y aumentar la inflación, lo que podría ejercer presión sobre los tipos de interés y las valoraciones de la renta variable. Las rebajas fiscales federales deben traducirse en un crecimiento económico real, o el aumento de los déficits presupuestarios podría socavar los mercados crediticios y de renta variable. Las ajustadas mayorías en el Congreso y el rechazo de los estados de izquierdas y otros factores podrían ralentizar o diluir las reformas, lo que reduciría el alcance de la desregulación y la reestructuración fiscal. Si bien Trump ha prometido resolverlo, el conflicto entre Rusia y Ucrania sigue mostrando gran volatilidad, con un aumento de las tensiones en las últimas semanas. Además, las presiones económicas sobre China son altas y podrían verse agravadas con la imposición de nuevos aranceles y restricciones tecnológicas por parte de Estados Unidos.

Aunque son muchos los brotes verdes en las aplicaciones de la IA en materia de desarrollo de software, tecnología de la información y soporte al cliente, marketing, síntesis de documentos y creación de medios, su adopción generalizada llevará tiempo. En los dos últimos años, hemos avanzado con firmeza en la fase de «desarrollo y experimentación» de la IA, que ha beneficiado a los proveedores de chips, los proveedores de computación en la nube y otros proveedores de infraestructuras. En esta nueva era de la computación probabilística siguen estando pendientes retos como la gobernanza, la previsibilidad y la capacidad de explicación de la IA. Observamos algunos problemas para seguir ampliando a escala el entrenamiento continuo, aunque creemos que se verán contrarrestado por el escalado del tiempo de inferencia y otras mejoras algorítmicas.

Aunque somos optimistas con respecto al crecimiento sostenido y la innovación en el sector de la salud, sobre todo en lo referente a la demografía, la adopción de GLP-1, los avances biotecnológicos y genómicos en curso y la aplicación de la IA, existe una considerable incertidumbre con respecto a los compromisos de Trump en materia de salud. Prevemos que las agencias de salud pública serán objeto de importantes cambios de liderazgo y en la orientación de sus políticas.

Las valoraciones no son baratas. A finales de diciembre, el S&P 500 ponderado por capitalización bursátil parecía caro con beneficios a plazo de +25x, aunque este dato se atribuía en gran medida a las mayores empresas del índice.1 Muchas de estas empresas han mostrado resiliencia, calidad y crecimiento de los beneficios gracias a su liderazgo en oportunidades estructurales como la IA. Aunque, si bien seguimos prefiriendo muchas de estas empresa (y creemos que su potencial de beneficios puede estar infravalorado a medida que se acelere la adopción de la IA y el ciclo económico toma impulso), también observamos valor relativo en segmentos inferiores de la capitalización bursátil. Hasta este punto, el S&P 500 equiponderado se negocia con unos beneficios relativamente más atractivos de +21x.2 Durante el primer semestre de 2024, el 100 % de la rentabilidad positiva del S&P 500 provino de menos de 45 empresas.3 Durante el segundo semestre del año ese número fue de casi 100.4 Los mercados parecen ampliarse.

Los mercados parecen ampliarse

Fuente: FactSet. A 30 de noviembre de 2024. Los índices no están gestionados y no es posible invertir directamente en ellos. No incluyen comisiones, costes ni gastos de venta. La rentabilidad histórica no es indicativa ni una garantía de los resultados futuros. El término «Siete magníficos” hace referencia a Alphabet, Amazon, Apple, Microsoft, Meta, Nvidia y Tesla.

Conclusión

Al iniciar 2025, Estados Unidos se encuentra a las puertas de una expansión económica fomentada por la innovación. La interacción entre el aumento de la productividad gracias a la IA, la política monetaria acomodaticia y la previsión de desregularización preparan el terreno para un importante crecimiento económico. Aunque persisten las incertidumbres, las oportunidades son atractivas, sobre todo entre las empresas y sectores de menor tamaño y emergentes que se prevé que se beneficien de una regulación más laxa.

Al mantener una perspectiva de inversión positiva y centrarse en los innovadores que lideran la carga, los inversores pueden posicionarse para capitalizar un año que promete avances significativos en tecnología, productividad y prosperidad a largo plazo.



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