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Pese a que en ocasiones no se les presta demasiada atención, los dividendos han tenido un papel importante en los rendimientos a los inversores en las últimas décadas. Aproximadamente el 85 % del rendimiento total acumulado del S&P 500 Index desde 1960 hasta finales del año pasado puede atribuirse a la reinversión de los dividendos y al poder del interés compuesto. Las estrategias centradas en obtener dividendos ofrecen el potencial de una mayor estabilidad, ingresos constantes y cobertura ante la incertidumbre económica a carteras preparadas para todo tipo de entornos.

Mientras en Estados Unidos el nuevo contexto de agitación provocada por los aranceles sigue generando volatilidad en el mercado, los inversores recurren cada vez en mayor medida a estrategias centradas en los dividendos para mejorar la resiliencia de sus carteras. La inversión en dividendos ha resurgido en cierto modo tras una época dominada por los valores de crecimiento. Los fondos cotizados (ETF) centrados en los dividendos que cotizan en EE. UU. registraron unas entradas netas mensuales medias de casi 3.300 millones de USD en el período de seis meses finalizado el 31 de enero de 2025, que contrasta con los 107 millones de USD del mismo período del año pasado1.

Como es comprensible, la turbia perspectiva mundial actual hace que los inversores busquen refugio en elementos más estables para obtener una cartera equilibrada. Los valores que reparten dividendos, sobre todo los que presentan características de gran calidad, pueden ofrecer flujos de caja más constantes y predecibles. Y dado que estos flujos de caja resultan fundamentales para muchos modelos de valoración de la renta variable, estimar el valor intrínseco o fundamental de los valores que reparten dividendos suele implicar menos ambigüedad que tratar de identificar valoraciones justas para las acciones de crecimiento. Por ello, creemos que los valores que reparten dividendos pueden servir de amortiguador en una cartera diversificada.

Creemos que el atractivo radica en su capacidad para moderar la volatilidad durante las caídas del mercado, al tiempo que ofrecen un importante potencial alcista. Las estrategias de dividendos han demostrado sistemáticamente propiedades defensivas en las distintas regiones y en diferentes momentos. En el período de tres años finalizado el 31 de diciembre de 2024, tanto la volatilidad como las contracciones máximas de los valores que reparten dividendos fueron menores en comparación con el conjunto del mercado en las exposiciones a nivel mundial, a EE. UU. y a Europa2. Los valores que reparten dividendos se mantuvieron comparativamente bien cuando el pasado mes de agosto se reavivaron los temores a la inflación y los tipos de interés3.

Comparación de riesgo entre el conjunto del mercado y los dividendos

Nota: El color azul indica el dato menor entre pérdida máxima acumulada y volatilidad.

Fuente: Bloomberg, análisis realizado por Franklin Templeton. 2025. Los datos se refieren a los siguientes índices: MSCI ACWI Net Total Return USD Index, MSCI ACWI High Dividend Yield USD Net Total Return Index, MSCI USA Net Total Return USD Index, MSCI USA High Dividend Yield Net Total Return USD Index, MSCI Europe Net Total Return EUR Index y MSCI Europe High Dividend Yield Net Return EUR Index. El MSCI ACWI recoge una muestra de valores de gran y mediana capitalización de 23 mercados desarrollados y 24 mercados emergentes. El MSCI USA Index está diseñado para medir el rendimiento de los segmentos de gran capitalización y mediana capitalización del mercado estadounidense. El MSCI Europe Index recoge una muestra de valores de gran y mediana capitalización de 15 mercados desarrollados de Europa. El MSCI ACWI High Dividend Yield Index, el MSCI USA High Dividend Yield Index y el MSCI Europe High Dividend Yield Index se basan en sus respectivos índices principales, el MSCI ACWI, el MSCI USA Index y el MSCI Europe Index. Han sido diseñados para reflejar la rentabilidad de la renta variable de su índice principal (incluidas las sociedades de inversión inmobiliaria) con mayores ingresos por dividendos y unas características de calidad superiores que la rentabilidad por dividendo media, que son sostenibles y duraderos. Los índices aplican además un proceso de selección basado en la calidad y analizan la rentabilidad histórica de los últimos 12 meses para evitar aquellos valores que presenten un deterioro potencial de sus variables fundamentales que podría obligarlos a suprimir o reducir los dividendos. La rentabilidad histórica no es un indicador ni una garantía de la rentabilidad futura. Visite www.franklintempletondatasources.com para obtener información adicional sobre los proveedores de datos.

Tal vez como prueba del valor que otorgan los inversores a los dividendos en sus carteras, hemos observado una fuerte captación de activos en los ETF cotizados en EE. UU. que reparten dividendos, incluso cuando los ETF de renta fija ofrecen rendimientos atractivos. Los ETF que reparten dividendos que persiguen exposiciones en EE. UU. siguen dominando la cuota de mercado de los ETF con domicilio en ese país, con activos por valor de 360.000 millones de USD (el 76 % de todos los activos en ETF que reparten dividendos), con 17.500 millones de USD en nuevos activos en el último año4.

También ha aumentado la popularidad de los ETF que reparten dividendos internacionales de mercados desarrollados, que todavía representan tan solo una fracción del mercado estadounidense, y han atraído casi 3.000 millones de USD de entradas netas el año pasado, lo que supone el 13 % del total de entradas de los ETF que reparten dividendos5.

Dentro de este gran conjunto de activos existen varios enfoques de la inversión en dividendos. Por ejemplo, hemos visto como inversores ansiosos por obtener ingresos hacían asignaciones esenciales a estrategias de dividendos basadas en normas o multifactor que incorporan la conciencia activa del riesgo a fin de maximizar el rendimiento por unidad de tracking error en comparación con el conjunto del mercado.

Otras estrategias atractivas también emplean índices personalizados cuyo objetivo es obtener una rentabilidad por dividendos superior o multiplicada en comparación con el conjunto del mercado. Estos planteamientos presentan el potencial de mejorar los ingresos de la renta variable únicamente a largo plazo, que se sustentan en sólidos métodos propios de optimización capaces de considerar cómo se comportan juntos los valores que reparten dividendos de forma más integral. Como versiones mejoradas de la primera generación de carteras basadas en reglas, creemos que estas estrategias pueden hacer que estas sean más reactivas al cambiante contexto del mercado, al tiempo que aumentan gradualmente su rendimiento.

De cara al futuro, creemos que las estrategias de dividendos deben seguir teniendo un papel fundamental en las carteras. Las valoraciones en los índices de capitalización bursátil, sobre todo en Estados Unidos, siguen siendo ambiciosas, dadas las potenciales perturbaciones que se ciernen sobre el comercio mundial. En este contexto, creemos que se tenderá a buscar valores que reparten dividendos de empresas con modelos de negocio probados y una rentabilidad sólida, que supondrán una alternativa atractiva a las exposiciones más orientadas al crecimiento. Dado que actualmente la preferencia por los valores de crecimiento se encuentra en un punto de inflexión, consideramos que ha surgido un entorno favorable para las estrategias de dividendos.



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