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Publicado originalmente en el Newsletter de Linkedin de Stephen Dover, Perspectivas del Mercado Global. Siga a Stephen Dover en LinkedIn, donde publica sus reflexiones y comentarios, así como su boletín Perspectivas del Mercado Global.

Como era de esperar, la “Big Beautiful Bill” (BBB) ha superado los últimos obstáculos legislativos y pronto será promulgada como ley por el presidente Trump. A continuación, evaluamos las consecuencias para los mercados de capitales mundiales y la estrategia de inversión.

En resumen, y en la jerga de los mercados crediticios, calificaríamos la nueva ley como «grado de inversión», con una calificación BBB o incluso superior. Sin duda, el mercado ya anticipaba gran parte de las disposiciones de la legislación, por lo que creemos que los efectos positivos se dejarán sentir más con el tiempo que en una sola medida de gran envergadura.

No obstante, la reacción inicial del mercado ha sido positiva, con subas en las bolsas de EE.UU., en los rendimientos de los bonos del Tesoro y en el dólar estadounidense. En gran medida, ese resultado refleja la eliminación de la incertidumbre, lo que supone una ventaja para los inversores. Aunque las probabilidades de que el proyecto de ley no se aprobara siempre fueron remotas, ahora los inversores pueden hacer planes con cierta confianza en materia de impuestos y gasto público en EE. UU.

También cabe destacar los aspectos positivos más duraderos de la BBB.

  • Si bien la tasa impositiva legal del impuesto sobre sociedades se mantiene en el 21 %, las disposiciones relativas a la amortización acelerada reducirán la tasa impositiva efectiva para las compañías hasta un mínimo del 14 %-15 % para la compañía media. Esto no solo contribuirá a impulsar el gasto de capital, sino que la reducción de la carga fiscal también debería ayudar a compensar la probable presión sobre los márgenes de las compañías que no puedan trasladar íntegramente el aumento de los costos de importación derivado de los aranceles. Según nuestro análisis, las compañías de pequeña y mediana capitalización son las que más se beneficiarán de la reducción de las tasas impositivas efectivas.
  • La reducción de la incertidumbre, junto con la mejora de los beneficios después de impuestos (y los flujos de efectivo), podría reactivar las fusiones y adquisiciones y las ofertas públicas iniciales, lo que podría suponer un impulso para el sector financiero y las inversiones alternativas.
  • El alivio impositivo sin la correspondiente reducción del gasto sugiere que la legislación probablemente apoyará la economía mediante una forma modesta de estímulo fiscal. Además, el tratamiento fiscal favorable de la amortización de los gastos de capital debería impulsar el gasto empresarial. Desde una perspectiva macroeconómica, la contribución estimada al crecimiento del producto bruto interno (PBI) real de EE. UU. probablemente se sitúe entre el 0,2 % y el 0,3 % durante el próximo año, con cierto lastre debido al aumento de los aranceles y la reducción de las transferencias (por ejemplo, recortes en Medicaid y en las prestaciones sociales), donde los efectos multiplicadores negativos pueden ser significativos.
  • Por sectores, los beneficiarios de la amortización acelerada y el aumento de los gastos de capital incluyen a tecnología de la información (dado su papel preponderante en la innovación), bienes y servicios industriales y farmacéutica. Junto con el aumento de los aranceles, que probablemente incentivará la inversión en manufactura en EE. UU., las perspectivas para el gasto de capital han mejorado, reflejando una tendencia ya evidente en los anuncios de diversas compañías de los sectores de semiconductores (incluido un crédito fiscal del 35 %), bienes y servicios industriales y automotriz.
  • La eliminación de las disposiciones de la Sección 899 para aplicar una tributación más estricta a los residentes fiscales de países que se considera que imponen impuestos “injustos” a las compañías de EE. UU. es una ventaja significativa y refuerza el atractivo estructural de los mercados de capitales estadounidenses.

Por el contrario, aquí hay algunos aspectos potencialmente menos favorables:

  • Los más perjudicados son los subsectores solar y eólico de las energías alternativas (el hidrógeno y la energía nuclear siguen disfrutando de un trato fiscal y de inversión favorables). Dicho esto, la imposición de nuevos impuestos sobre la energía solar se eliminó de la versión final de la legislación.
  • La legislación garantiza la continuidad de los elevados déficits fiscales de EE.UU. durante los próximos años. Según la evaluación fiscal de la Oficina Presupuestaria del Congreso (CBO), el aumento de la deuda de EE.UU. en los próximos 10 años como consecuencia de la legislación oscilará entre USD$ 2,4 y 3 billones. Hasta ahora, el mercado de los bonos del Tesoro de EE. UU. ha respondido con ecuanimidad, lo que refleja en parte las expectativas cíclicas de moderación de la inflación y de una actividad económica moderada en 2025. Sin embargo, con el tiempo, creemos que los mayores déficits de EE.UU., el aumento de los gastos de capital y la expansión fiscal en otros países (por ejemplo, en Alemania o China) probablemente ejercerán una presión al alza sobre las tasas de interés reales mundiales.

En definitiva, por lo tanto, la legislación BBB está siendo acogida, en nuestra opinión, con una calificación de “grado de inversión” por parte de los mercados de capitales, lo cual es justificable. Puede que no sea AAA, pero creemos que el proyecto de ley debería contribuir a reforzar el impulso positivo de los mercados que se viene observando desde mediados de abril.



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