COLABORADORES

Stephen Dover, CFA
Chief Market Strategist
Head of Franklin Templeton Institute

Tony Davidow, CIMA®
Senior Alternatives Investment Strategist
Franklin Templeton Institute

Priya Thakur, CFA
Analyst
Franklin Templeton Institute
Puntos clave
De cara a 2026, vemos que surgen tres temas macro: ampliación, pronunciamiento y debilitamiento.
- Ampliación refleja nuestra convicción de que las oportunidades de inversión en las distintas regiones y clases de activos están aumentando.
- Pronunciamiento se refiere a las curvas de tipos: la caída de los tipos de interés a corto plazo debería motivar a muchos inversores para salir de las posiciones de liquidez y entrar en los activos de riesgo, como las acciones, la deuda y la renta fija de duración.
- Debilitamiento del dólar estadounidense, lo que creemos que es una buena señal para los mercados emergentes de deuda y renta variable, además de ser importante para la gestión de carteras y las estrategias de cobertura.
Al hacer repaso de 2025 y pensar en el nuevo año, vemos un contexto de nuevos máximos en los mercados de renta variable estadounidenses, una reanudación del ciclo de bajadas de tipos de la Reserva Federal y una inflación que no cesa. Los riesgos geopolíticos siguen siendo altos en todo el mundo, los mercados siguen digiriendo el impacto de los aranceles comerciales y sus consecuencias a largo plazo. Teniendo en cuenta el contexto de mercado actual, en este resumen observamos las siguientes oportunidades en los mercados privados para el año que viene.
- Capital riesgo (private equity): Aunque las salidas han aumentado y las valoraciones han bajado, seguimos prefiriendo las operaciones secundarias, debido a los fundamentos atractivos y las ventajas estructurales que llevan aparejadas.
- Crédito privado: Encontramos oportunidades más atractivas con finanzas basadas en activos y deuda inmobiliaria comercial, que tienen sus propias características específicas de riesgo, rentabilidad y correlación.
- Bienes inmobiliarios: Nos sigue preocupando el sector de las oficinas, pero creemos que los sectores multifamiliar, industrial y otros pueden ofrecer oportunidades atractivas.
- Infraestructura: Creemos que las infraestructuras constituyen una oportunidad incipiente, y vemos las oportunidades más atractivas en las infraestructuras digitales, la descarbonización, la desglobalización y la demografía.
Habrá algunas áreas que afronten obstáculos importantes, mientras que otras se beneficiarán de los cambios estructurales que están teniendo lugar. Nuestras ideas de mayor convicción son las operaciones secundarias de capital privado, la deuda inmobiliaria comercial, los bienes inmobiliarios y las infraestructuras.
En nuestra opinión, la selección del gestor será clave para diferenciar entre los ganadores y los perdedores, donde prevemos una mayor dispersión de las rentabilidades. También creemos que habrá gran diferencia en el uso de capital actualmente comparado con cosechas anteriores (2020-2023).
Ampliaremos este resumen en nuestro informe completo Perspectivas de los mercados privados en 2026, que estará disponible pronto.
¿CUÁLES SON LOS RIESGOS?
Todas las inversiones conllevan riesgos, incluida la posible pérdida de capital. Las estrategias de inversión relacionadas con los mercados privados (como el crédito privado, el capital privado y los bienes inmobiliarios) son complejas y especulativas, entrañan importantes riesgos y no deberían considerarse un programa de inversión completo. Estas inversiones deberían considerarse faltas de liquidez y podría requerir un compromiso a largo plazo sin garantía de rentabilidad. En función del producto en el que se invierta, es posible que dichas inversiones y estrategias alternativas ofrezcan solo una liquidez limitada y son adecuadas únicamente para personas que puedan permitirse perder el importe íntegro de su inversión. Las inversiones privadas presentan ciertos retos e implican riesgos adicionales frente a las inversiones en empresas públicas, como lidiar con la falta de información disponible sobre estas empresas, así como su falta general de liquidez. Tampoco pueden existir garantías de que las empresas hagan que sus valores coticen en un mercado de valores. Por ende, la ausencia de un mercado secundario líquido establecido para algunas inversiones podría incidir negativamente en el valor del mercado de esas inversiones y en la capacidad de los inversores para enajenarlas en el momento oportuno o a un precio favorable.
La diversificación no garantiza un beneficio ni protege frente a una pérdida.
Los riesgos de invertir en bienes inmobiliarios incluyen, entre otros, las fluctuaciones en los índices de ocupación de los arrendamientos y los gastos de explotación, las variaciones en los calendarios de alquiler, que a su vez pueden verse perjudicados por las condiciones económicas locales, estatales, nacionales o internacionales. Dichas condiciones pueden verse afectadas por la oferta y la demanda de propiedades inmobiliarias, las leyes de zonificación, las leyes de control de alquileres, los impuestos sobre bienes inmuebles, la disponibilidad y los costes de financiación y las leyes medioambientales. Además, las inversiones inmobiliarias también se ven afectadas por las perturbaciones del mercado causadas por preocupaciones regionales, inestabilidad política, crisis de la deuda soberana y pérdidas no aseguradas (generalmente por sucesos catastróficos como terremotos, inundaciones y guerras). Las inversiones en valores relacionados con bienes inmuebles, como los bonos de titulización de activos y los bonos de titulización hipotecaria están sujetos a riesgos de amortización anticipada y aplazamiento.
Los valores de renta fija conllevan riesgos de tipos de interés, de crédito, de inflación y de reinversión, así como de posible pérdida de capital. A medida que suben los tipos de interés, el valor de los títulos de renta fija disminuye. Las variaciones de la calificación crediticia de un bono o de la calificación crediticia o solvencia financiera del garante, asegurador o emisor del bono pueden afectar a su valor. Los bonos high yield con baja calificación están sujetos a una mayor volatilidad de precios, iliquidez y posibilidad de impago.
Los valores de renta variable están sujetos a fluctuaciones de precio y a la posible pérdida del capital principal. Los valores de pequeña y mediana capitalización implican mayores riesgos y volatilidad que los valores de alta capitalización.
Todas las empresas o estudios de casos a los que se hace referencia en este documento se utilizan únicamente con fines ilustrativos; cualquier inversión puede estar o no actualmente en manos de cualquier cartera asesorada por Franklin Templeton. La información facilitada en este artículo no constituye una recomendación ni asesoramiento específicos de inversión para un valor, estrategia o producto de inversión determinado, ni una evidencia de intención de negociación de ninguna cartera gestionada por Franklin Templeton.
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