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La metáfora de la temperatura (demasiado calientes, demasiado fríos o en el punto justo) resume de manera acertada las preguntas de las actuales dinámicas de los mercados. ¿Nos encontramos ante un sobrecalentamiento que apunta hacia preocupaciones inflacionarias y una posible burbuja? ¿Se ha enfriado demasiado la economía, lo que se caracteriza por un crecimiento rezagado y un riesgo de estancamiento? O quizás nos encontramos en una imprecisa zona de «bloqueo», donde las cosas están en el punto justo, al menos por ahora. Hace poco, mantuvimos un debate con economistas de toda nuestra empresa a fin de ofrecer sus diversas opiniones y perspectivas con relación a estas preguntas.

En nuestra mesa redonda participaron John Bellows, gestor de carteras de Western Asset Management; Sonal Desai directora de inversión de Franklin Templeton Fixed Income; Michael Hasenstab, director de inversión de Templeton Global Macro; y Paul Mielczarski, director de estrategia Global Macro de Brandywine Global.

A continuación, expongo mis principales conclusiones al respecto:

  • La economía estadounidense se ha mostrado más resiliente de lo que se esperaba, debido principalmente a los factores siguientes:
    • El descenso de la inflación ha impulsado los ingresos reales y el poder adquisitivo.
    • El exceso de ahorro acumulado durante la pandemia también ha contribuido al gasto.
    • Se ha producido un retroceso de las perturbaciones ligadas a la pandemia, por ejemplo, un repunte de la fabricación y venta de automóviles al reducirse la escasez de chips.
    • El mercado laboral ha sido fuerte y es posible que se siga consolidando en líneas más generales si los trabajadores de la industria de la automoción, en huelga, consiguen los aumentos salariales que piden.
  • Existen riesgos significativos con respecto a la continuación de la resiliencia económica de EE. UU. en el cuarto trimestre y más adelante. Muchas de las razones de la resiliencia económica estadounidense están empezando a desaparecer. De cara al cuarto trimestre de 2023, se reanudarán las devoluciones de los préstamos estudiantiles de EE. UU., lo que constituirá un lastre para el gasto. La amenaza constante del cierre del gobierno a final de año podría resultar desfavorable para el crecimiento. Normalmente, existe un retraso de uno o dos años entre la subida de los tipos de interés y sus efectos en el crecimiento del empleo. La Reserva Federal inició las subidas hace 18 meses aproximadamente, lo que indica que, de cara al futuro, hay más probabilidades de que se produzca una desaceleración.
  • Europa y China han registrado un crecimiento económico más lento de lo previsto. Europa ha tenido grandes dificultades para recuperarse de la perturbación comercial del año pasado después de la invasión rusa de Ucrania. Es posible que la caída en Europa refleje los efectos del endurecimiento de las políticas del Banco Central Europeo. China se ha enfrentado a numerosos desafíos, por ejemplo, el descenso de las actividades relacionadas con la vivienda, lo que ejerce presión sobre los balances de las empresas y los gobiernos locales. El período de debilidad del crecimiento chino añade un impulso desinflacionario a la economía mundial.
  • No se espera que los precios del petróleo afecten de manera significativa a la inflación básica. En estos momentos, la subida de los precios del petróleo está asociada a los cambios en la oferta por causa de los recortes de producción. Esto impulsará la inflación general a corto plazo, pero es menos probable que afecte a la inflación básica. La situación también difiere de la del año pasado, cuando los precios de todas las materias primas subieron al mismo tiempo. No observamos esta subida simultánea de los precios de otras materias primas.
  • La incertidumbre con respecto al cierre del gobierno de EE. UU. pone de relieve el desafío a largo plazo de la estabilidad fiscal. Aunque acabamos de sortear el cierre, parece probable que se llegue a un nuevo callejón sin salida, debido a la disfunción del Congreso en lo que respecta a su capacidad de lograr un acuerdo. Los gastos por intereses como porcentaje del presupuesto son ingentes y aumentarán debido a la subida de los tipos de interés. Dado que gran parte de las emisiones de bonos del Estado se encuentra en el extremo a corto plazo de la curva debido a la mayor demanda de esos instrumentos, el presupuesto total está expuesto a la subida de los tipos a medida que vencen los bonos. Pese a ello, los expertos de nuestra mesa redonda siguen considerando que el dólar estadounidense continuará siendo la divisa de reserva mundial, fundamentalmente porque no hay ninguna otra alternativa que cumpla todos los requisitos en este momento.
  • Cambiar las posiciones de la cartera hacia la renta fija y alejarse del efectivo constituye una estrategia atractiva, ya que los tipos han subido. La renta fija genera rentabilidad total al producir ingresos, no solo a partir de las variaciones de precios. Se trata de una contribución estable y constante a la rentabilidad de la cartera. Además, la renta fija constituye un activo de diversificación, y su futura correlación con la renta variable, según se prevé, será baja. En estos niveles, resulta conveniente empezar a alejarse del efectivo y dirigirse hacia las opciones de renta fija. La renta fija constituye una opción de inversión más interesante que la renta variable en estos momentos.
  • ¿Dónde residen las oportunidades dentro de la renta fija?
    • Valores respaldados por hipotecas (MBS) institucionales. Dentro de Estados Unidos, a los expertos de nuestra mesa les parecen interesantes los MBS. Los rendimientos de este sector son mayores que los de los bonos de grado de inversión con un menor riesgo de impago. Además, presentan una volatilidad más baja. La mayoría de los MBS institucionales se encuentran en la parte intermedia de la curva de rendimiento.
    • Deuda de los mercados emergentes y mundiales. En los últimos períodos, los inversores estadounidenses se inclinaron en gran medida hacia su país a la hora de invertir, lo que limitó su capacidad de diversificación. Hoy en día, existen muchas oportunidades en todo el mundo para los inversores que dedican tiempo a evaluar las oportunidades de rentabilidad, con un equilibrio en lo que respecta al riesgo en su cartera general. Los bonos de mercados emergentes brindan buenas oportunidades, sobre todo en los países que están supliendo a China en el comercio directo con Estados Unidos. Algunos de ellos son la India, Vietnam, Indonesia y algunas zonas de Latinoamérica. Por otra parte, en los mercados desarrollados, existen oportunidades de renta fija a nivel mundial en países como Japón. Dichas oportunidades también pueden ofrecer crecimiento de la moneda si el dólar estadounidense se debilita (para los inversores en renta fija denominada en moneda local).


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