COLABORADORES

Jeffrey Schulze, CFA
Head of Economic and Market Strategy
ClearBridge Investments
Puntos clave
- La economía estadounidense se encuentra en un punto decisivo de este ciclo, el período de obstáculos más complicado. Esperamos que los efectos atrasados del endurecimiento de la Reserva Federal (Fed) ralenticen el crecimiento económico durante la primera mitad del próximo año y seguimos sosteniendo nuestra hipótesis de una recesión mientras atravesamos este período.
- Aunque el gráfico de riesgo de recesión de ClearBridge se ha mantenido en rojo o en terreno recesivo durante los últimos 16 meses, el optimismo del mercado laboral, el amplio apoyo fiscal y una política monetaria que parte de un nivel muy flexible han reforzado la economía en 2023.
- Las señales de debilitamiento en el mercado laboral y el cansancio de los consumidores son las primeras advertencias de que la actividad podría desacelerarse el próximo año. Creemos que el consumo, que supone dos tercios del producto interior bruto (PIB), podría tener que enfrentarse a una combinación de obstáculos en 2024, lo que debilitaría un apoyo esencial para el crecimiento económico.
La trayectoria del mercado laboral, ámbitos principales de inflación que se deben vigilar
La economía estadounidense ha perseverado durante el ciclo de mayor endurecimiento monetario desde principios de 1980, con subidas de tipos de 100 puntos básicos (p. b.) en 2023, además de los 425 p. b. en 2022. Sin embargo, creemos que los próximos tres trimestres (incluido el actual) constituirán el punto decisivo de este ciclo, la parte más difícil de superar, en la que se concentran los movimientos más complejos. Esperamos que los efectos atrasados del endurecimiento de la Fed afecten a la economía durante el primer semestre del año próximo y seguimos sosteniendo nuestra hipótesis de una recesión hasta que atravesemos este período.
Coincidíamos con la opinión generalizada del año pasado al pronosticar lo que se convirtió en «la recesión más anticipada de la historia». No obstante, 12 meses después, todavía estamos esperando una contracción significativa de la actividad económica. Nuestra estrella polar, el gráfico de riesgo de recesión de ClearBridge ha estado emitiendo una señal roja o de recesión durante 16 meses. En estos momentos, hay 9 indicadores en rojo y 3 en amarillo que proporcionan los fundamentos de nuestra hipótesis, aunque el consenso se haya pasado al bando del aterrizaje suave (gráfico 1). Es importante señalar que no es raro que transcurra un período prolongado entre la señal roja inicial y el momento en el que se consolida la recesión, ya que la economía no siempre traza una línea recta descendente.
Hay muchos posibles motivos por los que la economía ha aguantado mejor de lo previsto este año, entre ellos, un mercado laboral sólido que ha respaldado el consumo y los ambiciosos programas de gasto fiscal que todavía se están abriendo paso a través de las arterias de la economía. Esperamos que estos impulsos positivos se atenúen en 2024, lo que situará a la economía en una posición más frágil a medida que entre el año. Otro riesgo al que se enfrentará la economía el próximo año es el efecto atrasado del endurecimiento económico, que es conocido por actuar a intervalos prolongados y variables. En vista de la elevada inflación y unos tipos muy bajos, es probable que la política monetaria no llegara a territorio restrictivo hasta finales de 2022, lo que significa que los plenos efectos de unos tipos más altos deberían seguir afectando a la economía durante el primer semestre de 2024, puesto que es sabido que los desfases de la política monetaria pueden extenderse hasta 18 meses.
Gráfico 1: Gráfico de riesgo de recesión de ClearBridge

Fuente: ClearBridge Investments.
Aunque la opinión generalizada apuntaba a una recesión el año pasado, en retrospectiva, probablemente esta previsión fue prematura. La historia nos demuestra que, desde finales de 1950, han pasado una media de 23 meses desde la primera subida de tipos en un ciclo de subidas continuadas hasta el inicio de una contracción económica. Aunque parezca que la Fed lleva una eternidad aplicando subidas, la primera de este ciclo llegó hace solo unos 20 meses, por lo que aún no hemos alcanzado el promedio histórico.
Gráfico 2: Intervalos prolongados y variables

Fuente: FactSet, Fed. * El ciclo de subidas continuadas es el período en el que se producen la mayoría de las subidas de los tipos de la Fed en un ciclo de endurecimiento. La fecha de la subida inicial de los tipos en el ciclo de endurecimiento puede no coincidir con el inicio del ciclo de subidas continuadas.
Algunos efectos del endurecimiento monetario ya están afectando a la economía. De hecho, el mercado laboral muestra fisuras, pues el indicador de confianza laboral, que mide si es difícil encontrar empleo, está retrocediendo, una tendencia a la que históricamente le sigue una recesión. Pese a que el consumo ha sido muy sólido desde la pandemia, vemos indicios de fatiga en los balances en cuanto al aumento de la morosidad en las tarjetas de crédito, los préstamos para la compra de automóviles e incluso en las hipotecas, junto con unos patrones de gastos más selectivos. Cabe añadir que el consumo se ha mantenido fuerte en términos históricos justo antes de una recesión o incluso después de haberse iniciado.
El año pasado sugerimos que el éxito de la Fed para bajar la inflación determinaría las posibilidades de un aterrizaje suave. La Fed ha conseguido avances significativos y la tasa anualizada a seis meses del gasto en consumo personal subyacente (PCE) se encuentra actualmente en el 2,6 %, cerca del objetivo del 2 % de la Fed. No obstante, en los mercados desarrollados es raro conseguir controlar la inflación de manera eficaz al primer intento sin que se produzca una segunda oleada de incremento de los precios. Estados Unidos ha superado 3 episodios importantes de inflación durante los últimos cerca de 100 años y los 3 incluían múltiples oleadas de inflación. En todo el mundo, la prevalencia de esas oleadas múltiples se sitúa en el 87 %, según un reciente estudio de Strategas Research Partners. Creemos que esta es la prioridad de la Fed, que probablemente pecará de prudente, y la política de tipos más elevados durante más tiempo que estamos experimentando actualmente es un ejemplo de ello.
Desde un punto de vista positivo, aunque todavía es demasiado pronto para cantar victoria, la inflación está en vías de acercarse mucho más al objetivo el próximo año, lo que hará que se descarten nuevas subidas de tipos y se planteen recortes para que la posición de la política monetaria se aproxime más a la neutralidad. Si la Fed ganara seguridad en cuanto a la inflación, ello debería, en última instancia, dar paso a unos recortes moderados de los tipos en 2024 que podrían ayudar a estimular una mejora de las perspectivas a lo largo del año o en 2025.
Definiciones
El gráfico de riesgo de recesión de ClearBridge consiste en un grupo de 12 indicadores empleados para analizar la salud de la economía estadounidense y la probabilidad de que se produzca una contracción.
La Reserva Federal (Fed) se encarga de formular políticas en EE. UU. para promover el crecimiento económico, el pleno empleo, la estabilidad de los precios y la sostenibilidad del comercio y los pagos internacionales.
El producto interior bruto (PIB) es una estadística económica que mide el valor de mercado de todos los bienes y servicios finales producidos dentro de un país en un período de tiempo determinado.
El gasto en consumo personal (PCE, por sus siglas en inglés) es una medida de los precios que pagan las personas que viven en Estados Unidos, o aquellos que compran en su nombre, por los bienes y servicios de consumo. En ocasiones se denomina índice de precios del PCE subyacente, debido a que no incluye dos categorías que pueden experimentar fluctuaciones de precio, los alimentos y la energía, para que sea más fácil constatar la inflación subyacente.
¿CUÁLES SON LOS RIESGOS?
La rentabilidad histórica no es una garantía de los resultados futuros. Tenga en cuenta que los inversores no pueden invertir directamente en un índice. La rentabilidad de los índices no gestionados no refleja las comisiones, costes ni gastos de suscripción.
Los valores de renta variable están sujetos a variaciones en los precios y a una posible pérdida del capital. Los valores de renta fija conllevan riesgos de tipo de interés, crédito, inflación y reinversión, así como una posible pérdida del capital. A medida que los tipos de interés aumentan, el valor de los títulos de renta fija disminuye. Las inversiones internacionales están sujetas a riesgos especiales, entre los que se incluyen el riesgo de fluctuaciones cambiarias y de incertidumbre social, económica y política, los cuales podrían generar un aumento de la volatilidad. Estos riesgos son más acentuados en los mercados emergentes. Las materias primas y las divisas acarrean un mayor riesgo, que abarca las condiciones del mercado, políticas, normativas y naturales, y pueden no ser adecuadas para todos los inversores.
Los valores del Tesoro de EE. UU. están formados por obligaciones de deuda directa emitidas y respaldadas por la solvencia y el crédito del gobierno de EE. UU. El gobierno de EE. UU. garantiza los pagos de principal e intereses ligados al Tesoro de EE. UU. si se mantienen los valores hasta su vencimiento. A diferencia de los valores del Tesoro de EE. UU., los valores de deuda emitidos por agencias y organismos federales, así como las inversiones relacionadas, pueden estar o no respaldados por la solvencia y el crédito del gobierno estadounidense. Si bien el gobierno de EE. UU. garantiza los pagos de principal y los intereses correspondientes a los valores, dicha garantía no se aplica a las pérdidas derivadas del descenso del valor de mercado de dichos valores.
